A pesar de la orden judicial que en su momento ordenara el desalojo, en horas de la madrugada y en ausencia de efectivos de la policía de la provincia, la familia Rosas- Guantay decidió ingresar nuevamente en el terreno en el que tuvieran una vivienda precaria que no habitaban, sino circunstancialmente.
En ese acto estuvieron acompañados por las comunidades Diaguitas Calchaquíes de El Divisadero, San Antonio y a la que se sumó la Comunidad de Quilmes.
que mal despues de que hayan vivido mas de 60 años tengan que sacarlos.
La verdad es una injusticia
ahora que está de moda el indigenismo, todos los vagos oportunistas, se cuelgan el cartel de pueblos originario para obtener ventajas económicas
NO FUERON, POR FAVOR TODOS SABEMOS QUE LA JUSTICIA NO SIEMPRE ES JUSTA, SOMOS TODOS CAFAYATEÑOS O ES QUE TU JEFE ES MUY AMIGO DE LOS MURGA – CORDOVA?
CHE PORQUE NO PUBLICARON LA NOTICIA DE EL DESALOJO? Y LA PALABRA «DESOBEDECEN» DA LA NOTA DE PORQ