El Secretario General del Sindicato de Obreros y Empleados Vitivinícolas, Nelson López, hizo saber que quince empleados de la Bodega Lávaque recibieron telegramas de despido esta semana.
López adelantó que impugnarán ante el Ministerio de Trabajo la decisión de la empresa al entender que ésta no procedió conforme a normas legales respecto de los concursos preventivos de crisis ante el organismo oficial.
El sindicalista también adelantó que exigirán el pago del 100% de la indemnización a los empleados despedidos, ante la información de que se estaría liquidando solo el 50% de los montos indemnizatorios correspondientes.
Difícil situación del sector
La situación de la actividad vitivinícola regional no es ajena a la que ocurre con diferentes sectores de la economía argentina, afectados por los efectos de la inflación, la recesión y las consecuencias del precio del dólar.
Los cálculos realizados por la actividad vitivinícola fueron graficados con la ecuación económica entre costos y precio final del producto: Una botella de vino terminada, sin costos de flete y seguro, se vende a U$S 2,15 en el mercado extranjero. Al cambio oficial da como resultado un total de $ 17,48, Esto representa en algunas líneas un 50% de los costos reales y un 100% en otras.
A esto debe sumarse que la producción en general de la región NOA paga un 100% más de flete y seguros que otras regiones del país. Como agravante de la situación debe contarse a la dolarización de hecho que tienen productos que necesariamente deben comprarse en el extranjero.
Las bodegas de la zona vitivinícola de Cafayate han estado sobrellevando la difícil situación económica con la venta de los vinos correspondientes a líneas Premium -las más caras- con las que logran diferencias que les permiten sostener los resultados negativos de las gamas más bajas.
Pero la situación económica del país está afectando particularmente la venta de los vinos de altos precios, provocando esa caída de las ventas un sobrestock. En ese escenario, la competencia de precios afecta particularmente a los vinos de nuestra región, frente a las otras, por la diferencia de costos en fletes y seguros.
La caída de rentabilidad en las bodegas no es nueva. Viene produciéndose de manera paulatina desde 2011. Un claro indicador de esto es que desde entonces a la fecha se han producido 80 despidos en el sector vitivinícola regional.