Este martes llegaron a Cerrillos a las 18:30 en donde descansarán durante toda la noche para partir hacia la Catedral de Salta cerca de las seis de la mañana de este miércoles.
Los rostros de los peregrinos de Cafayate muestran ese particular contraste de cansancio y de júbilo. Es que la larga y agotadora marcha ya marca sus huellas, pero la fuerza de la fe de los promesantes termina por irradiar una particular luz en cada mirada, en cada gesto.
Este lunes los 500 devotos caminantes llegaron a El Carril cubriendo la etapa que inició en la madrugada en Coronel Moldes, con un descanso en Osma. Al llegar, la ciudad presentaba aspectos de una verdadera fiesta de hermandad y comunión cristiana. Los vecinos del lugar salieron a recibirlos y en el paso por las calles carrileñas fueron honrando esa marcha promesante con aplausos, lágrimas y abrazos.
Luego de pasar la noche en esa ciudad siguieron su marcha hasta La Merced a donde llegaron al mediodía y fueron recibidos en un camping de la Asociación de Jubilados. Allí almorzaron y tras un descanso emprendieron la marcha hacía la última etapa, Cerrillos, a donde llegaron a las seis y media de la tarde.
Allí pasarán la noche en una espacio cedido por la Cámara del Tábaco para continuar en la madrugada del miércoles hacía la Ciudad de Salta y esperar el turno para ofrendar su sacrificio a los patronos de Salta en la Catedral.
El camino tiene un compromiso inclaudicable hacia la ofrenda final, a pesar del agotamiento y los dolores. Las fuerzas parecen renacer de esas mismas penurias.