“Lobito” para algunos y “Flaco” para otros es el ovejero alemán que en el año 2004 regresó solo a San Carlos después de haber perdido a los peregrinos del Valle Calchaquí en Salta.
La Municipalidad de San Carlos prepara la instalación de un monolito en la Plaza Principal del pueblo, en homenaje al Perro Peregrino, que en un principio estaba previsto para este sábado 3 de mayo, pero que fue postergado hasta tanto esté listo el trabajo en madera que se encargó con la imagen de «Lobito», lo que se estimó que ocurrirá en unas dos semanas.
El acto en homenaje al Perro Peregrino está considerado en el pueblo como un acto de trascendencia religiosa, cultural e histórica. «Flaco» o «Lobito» hoy vive con sus dueños, la familia López, y se descuenta que estará presente cuando se instale definitivamente su imagen en el principal paseo público de San Carlos
La Historia
El Perro Peregrino llegó a la ciudad de Salta el 13 de septiembre de 2004 junto a un grupo de peregrinos que habían partido desde San Carlos para participar de la Fiesta del Milagro de ese año. El perro los había seguido y había compartido con ellos el frío y el cansancio por la extensa caminata.
Llegado el día de la procesión del Señor y la Virgen de El Milagro los promesantes sancarleños encerraron al perro en una vivienda hasta regresar de la celebración religiosa, pero cuando volvieron a buscarlo para regresar al pueblo se encontraron con que alguien había abierto la puerta y “Flaco” o “Lobito” se había escapado.
En esa oportunidad los peregrinos hablaron con distintos medios de comunicación de la ciudad de Salta para dar aviso y tratar de ubicarlo, pero debieron regresar a San Carlos sin poder dar con él.
Grande fue la sorpresa cuando el día 17 de septiembre de 2004, el perro peregrino apareció en San Carlos solo, con evidentes signos de agotamiento y con un débil estado al haber caminado de regreso a su pueblo.
Los sancarleños no salían de su asombro al verlo y relataron en aquel momento que “La cinta roja de su cuello ya no tiene el mismo color, ni sus patas la firmeza de siempre, no mueve la cola, está muy flaco y ni siquiera puede pararse”.
“Flaco”, “Lobito” o “El Perro Peregrino” fue atendido por un veterinario de Cafayate en aquel momento y pudo recuperarse.