Este lunes por la mañana se descubrió la placa tallada que nombra uno de los paseos centrales con el nombre del impulsor de las serenatas en la plaza y de la Escuela San Agustín de El Divisadero.
La plaza 20 de Febrero ahora cuenta con un paseo con el nombre de Angel «Miquicho» Ulivarri, tras el homenaje impulsado por Cacho Royano, en reconocimiento al aporte de la cultura y a la sociedad de esta personalidad destacada del Cafayate de mediados del siglo pasado.
En la ceremonia se descubrió un cartel realizado por el artista plástico Hugo Guantay, ubicado en el paso de la plaza que va desde la avenida Güemes hasta el mástil de la Plaza, en la que estuvieron presentes el intendente Fernando Almeda, la Jueza Virginia Toranzos, la concejal Raquel Humano, el artista plástico Hugo Guantay, el bodeguero Marcos Etchart, las hijas Susana y Graciela, el hijo Julio Cesar «Acuarela» Ulivarri y los Ulivarrinietos de Miquicho Ulivarri.
¿Quién era «Miquicho» Ulivarri?
Miguen Ángel Ulivarri nació en Cafayate el 18 de enero de 1908, dos semanas antes que su amigo y compañero, el bandonienista Payo Solá, que vino al mundo el 31 de enero de 1908.
De carácter entusiasta y desinteresado, precursor de serenatas durante los años 50’, junto a Queca Nanni y Tichi Domingo (un formidable dúo), José Novillo, Emma Zalazar, Abel Peñalba, Pepe Lacasa el médico Manuel Garcia Bes (Manolo), Cunco Nanni, Payo Solá y muchos otros bohemios y cantores cafayateños.
De esas tertulias salieron, sin dudas, los primeros ensayos de lo que, 24 años mas tarde, sería la Serenata a Cafayate.
Gracias a la extraordinaria memoria de Cacho Royano, la historia de «Miquicho» y de muchas otras personalidades de Cafayate se mantienen charlas con amigos y en una entrevista en el progama En Modo Mañana, contó detalles de esas serenatas en la plaza: «A las 00:15, se daba el aviso de corte de la luz y a las 00:30 ya todo el pueblo estaba en tinieblas. A esa hora y hasta las 6:00 de la mañana se quedaban cantando con los veraneantes, no turistas, que venían al hotel Melchor, al Savoy o a las casas de los amigos que tenían acá.»
Royano también comentó que en aquel momento, (1953) Cafayate contaba con cerca de 2.000 habitantes solamente y que después de dos cuadras a la redonda solo había alambrados y la mayoría de los que venían en el verano eran tucumanos que escapaban al calor de la provincia vecina.
De Santa María (Catamarca), se venían los Acosta Villafañe a visitarlo y darle serenatas. Don Manuel (Acosta Villafañe) fue un reconocido y prestigioso músico catamarqueño autor de, entre otros hermosos temas, El Catamarqueño, La flor del cardón, Vidala del Culampajá, Tun… tun y Adiós Catamarca, adiós.
Un vez que se apagaban las luces, “Don Miquicho” salía con su guitarra desde su casa (Justo al lado del bar de Chaile ), cruzaba la calle empedrada y por la vía que lleva hasta el centro de la plaza, donde está el icónico mástil se sentaba en las escalinatas de piedra de su pedestal y empezaba con la tertulia. Entre la gente que comenzaba a llegar, no solo estaban lo veraneantes (como los llama Royano) si no también cantores, músicos y bailarines, y por supuesto que no faltaban los vinos de Etchart, el de los Nanni, de los Coll y de otros bodegueros de la zona.
En la entrevista con el progama En Modo Mañana, las hijas de Miquicho Ulivarri, Graciela y Susana, comentaron: «Cuando esas tertulias no se hacían en la plaza o afuera, se hacían en mi casa. Siempre recibíamos a un motón de gente de Tucumán por ejemplo y mi papá nos hacía aprender canciones para que recibamos cantando a los que venían.»
Ulivarri fue el impulsor del proyecto de creación de la Escuela Nacional El Divisadero, actual San Agustín, que en un principio se construyó en la finca de Don José y Doña Josefá Condorí y que lamentablemente, debido a un fuerte alud quedó destruida. Luego se trasladó a la ubicación actual.
Según Cacho Royano, el problema del camino de acceso a la escuela fue planteado en 1940 al Intendente de ese momento que era nada mas y nada menos que Arnaldo Etchart, padre del creador de la Serenata a Cafayate..
Entrevista a Cacho Royano