Una vecina de Cafayate que dialogó con radiocafayate.com se sorprendió cuando en la sucursal local del Banco de la Nación Argentina, luego de pagar algunas boletas, le entregaron caramelos de leche como parte del vuelto y en reemplazo de las monedas que correspondían.
En dialogo con varios vecinos que salían de la sucursal cafayateña del Banco Nación, estos confirmaron que les ocurrió lo mismo, algunos incluso contestaron mientras ya masticaban los caramelos reemplazantes de monedas. Dijeron además que les avisaron que hay un faltante de monedas por lo que se entregan caramelos de leche en su reeemplazo.
La gente comentó que nadie les supo rsponder cuando preguntaron si al otro día podían llevar los caramelos de vuelta al Banco para pagar con ellos . Un mujer indignada se preguntaba si los caramelos que le dieron tendrían el mismo valor de $ 0,35 cuando realice el próximo tramite banacario intentando entregarlos en la vcentanilla como parte de pago.
Sin caramelos ni chirolas Diana Baccaro Los caramelos ya no sirven como vuelto: por ley, el comerciante debe redondear a favor del cliente cuando faltan monedas. Además, está obligado a exhibir carteles sobre esta norma para que la gente haga valer su derecho. Pero en muchos negocios el único cartel que se lee es el que avisa que «no hay monedas». Pero ¿dónde se consiguen si hasta los bancos dicen que no tienen? En este juego del Gran Bonete el que más pierde es el consumidor. Y no sólo por los caramelos. Ante la falta de monedas hay comerciantes que directamente ya ponen precios redondos en su vidrieras. Hacia arriba, claro. Una asociación de consumidores calculó que una familia que resigna 20 centavos por día en vueltos de supermercados, locutorios o farmacias pierde al año $ 73. Con esa plata se podrían comprar, por ejemplo, 10 kilos de pan y 30 litros de leche.
Sin caramelos ni chirolas Diana Baccaro Los caramelos ya no sirven como vuelto: por ley, el comerciante debe redondear a favor del cliente cuando faltan monedas. Además, está obligado a exhibir carteles sobre esta norma para que la gente haga valer su derecho. Pero en muchos negocios el único cartel que se lee es el que avisa que «no hay monedas». Pero ¿dónde se consiguen si hasta los bancos dicen que no tienen? En este juego del Gran Bonete el que más pierde es el consumidor. Y no sólo por los caramelos. Ante la falta de monedas hay comerciantes que directamente ya ponen precios redondos en su vidrieras. Hacia arriba, claro. Una asociación de consumidores calculó que una familia que resigna 20 centavos por día en vueltos de supermercados, locutorios o farmacias pierde al año $ 73. Con esa plata se podrían comprar, por ejemplo, 10 kilos de pan y 30 litros de leche.
Pensé que nadie diría nada de lo que hacían en el Banco Nación… Que lastima que el gerente haya dicho que es mentira si yo mismo vi cuando a una jubilada le ofrecían caramelos porque no tenían monedas. ¿Quién se queda con esos centavos?