En la tarde de este martes fueron removidas las cenizas de Gustavo Adolfo “El Payo” Solá y serán depositadas en el escenario que lleva actualmente su nombre, en la Bodega Encantada
La autorización fue remitida días pasados por Blanca Celia Saavedra de Solá, viuda del músico, a la que se suman los nombres de Juan José Solá y María Cristina Solá, hijos del extinto compositor. Las cenizas de El Payo, estaban depositadas en el acceso norte de la ciudad de Cafayate, en la unión de las Rutas 40 y 68, en lo que se conoce como el “Monumento al gaucho”
Gustavo Adolfo Solá, más conocido como El Payo Solá nació en Cafayate un 31 de enero de 1908 y falleció en Buenos Aires el 29 de mayo de 1962, fue un compositor, bandoneonista y guitarrista salteño, intérprete de música folklórica de Argentina escrita en su totalidad por él mismo. Está considerado como uno de los precursores del boom del folklore argentino producido a partir de la década de 1950. Es autor de canciones que integran el cancionero folklórico tradicional como «La marrupeña» y «La Solís Pizarro». Su hijo, Juan José Solá, «el Payito Solá», escribió en su homenaje la zamba «Carpas de Salta», mientras que Horacio Aguirre y Hugo Alarcón compusieron «El que toca nunca baila», que lo menciona atribuyéndole la frase del título.
Hijo de José Nicolás Solá, director de escuela y de la maestra de Escuela Delia Burgos, desde niño tuvo inclinación por la música, ya que poseía muy buen oído, aprendió a tocar la guitarra, el piano, el violín y el bandoneón.
En 1932 contrae enlace con Blanca E. Saavedra, tuvieron siete hijos, Jesús Lucia Nelly, Marta Amalia, Juan José, Blanca Celia, Gustavo Adolfo, María Cristina y Martín Miguel.
Desde 1940 integró diversas formaciones musicales como la orquesta Re-Fa-Si, guitarrista del dúo Miranda-Bonier, la agrupación de Veinte Guitarras, el Dúo Romance de guitarras con Ernesto Cabeza, etc.
En 1952 ganó un concurso provincial de zamba, interpretando «Zamba del Ausente» de César Perdiguero y Manuel J. Castilla. En 1954 fue contratado por el sello Odeón, radicándose en Buenos Aires. Graba entonces algunas de sus zambas más conocidas como «La Marrupeña» (dedicada a su amigo Poncho Marrupe) y «La Solís Pizarro» (dedicada al poeta José Solís Pizarro). Comienzan a actuar con él también sus hijos Maria Cristina en el bombo y Juan José, el Payito, en guitarra. Luego grabó para la discográfíca Philips temas como «Cuequita de los Coyas», «Regresando», «Pajarillo Cruceño» y «El Charanguero», interpretados por el dúo formado por sus hijas María Cristina y María Teresa Solá (Terucha).
En la segunda mitad de la década de 1950 formó el conjunto Los Musiqueros del Tiempo de Ñaupa, con Polo Giménez (piano), Atuto Mercau Soria (guitarra) y él mismo (bandoneón), con las voces de Pepe Consoli y Abel Figueroa este último también en guitarra.
En 1961 su hijo Juan José Solá, conocido como El Payito Solá, compuso una canción dedicada a su padre que quiso inicialmente titular «Zamba para mi Tata», pero como ese título ya existía la tituló finalmente «Carpa salteña», conocida más ampliamente como «Carpas de Salta». La canción, que se volvió un clásico salteño, evoca el ambiente de las carpas de música y baile características de Salta, que animaba su padre:2
En 1997, sus hija Terucha y su hijo el Payito Solá, compusieron la zamba «Cafayate hecha nostalgia» en la que recuerdan a su padre en Cafayate, la tierra en que naciera. Ese año, la canción ganó el concurso de zambas realizado en Salta en la Carpa de Abán y en una de sus estrofas dice:
Y al salir de Cafayate
se me afloja el corazón
viendo el Payo en la alameda
que me va diciendo adiós.
«Cafayate hecha nostalgia», de Terucha Solá y Juan José Solá.
El mas importante festival del Norte Argentino que es la Serenata a Cafayate lleva en su escenario el nombre «Payo Solá» bautizado así por su entrañable amigo, el poeta César Fermín Perdiguero.
LA VERDAD UNA PENA CON LO QUE HICIERON NO DISCUTO QUE SAQUEN LOS RESTOS DEL PAYO SOLA, A LO QUE VOY ES QUE COMO VAN A DESTRUIR ALGO HISTORICO Y QUE TUVO TODA UNA VIDA , EN EL COMIENZO DE LA ALAMEDA ME DA TANTA TRISTEZA Y ASI SOMOS LOS CAFAYATEÑOS NUCA DECIMOS NADA CON LOS QUE HACEN EN NUESTRO PUEBLO NI LAS AUTORIDADES NI LOS MEDIOS DE PRENSA QUE TENEMOS NADIE NOS DEFIENDEN Y ASI PRONTO NOS VAN A IR DESTRUYENDO TODO LO QUE POSEE NUESTRO PUEBLO Y NADI SE VA A QUEJAR UN VERGUENZA .