El profesor de historia conversó en el programa En Modo Mañana, sobre la importancia de poner en valor los objetos, personas y costumbres que cuentan la historia de Cafayate.
El profesor e historiador cafayateño, Matías Mayta, dialogó este martes y se mostró preocupado por el estado y ubicación de algunas piezas del patrimonio cultural de Cafayate y enfatizó la importancia de tener una política urgente para preservarlas.
«Particularmente los objetos que son considerados históricos y patrimoniales son únicos, irrepetibles e invaluables y desde el estado se deben tratar con la mayor responsabilidad posible.», dijo Mayta.
El historiador vallisto hizo hincapié en la importancia social que tiene no dejar caer en el olvido el patrimonio cultural que tiene Cafayate y realizó un pequeño listado de lo que puede considerarse de alto valor para los cafayateños como por ejemplo la escultura El Vallisto, La Imprenta de los Niños Espósito, la gran cantidad de obras de Calixto Mamaní, el vino como entidad cultural, recordar y homenajear en vida a los artistas locales y la Plaza 20 de Febrero.
Cabe recordar también la Placa de 1947 en la que el pueblo de Cafayate pedía por la paz mundial tras la Segunda Guerra Mundial y todos los elementos que se encontraban en la Plaza Josefa Frías de Aramburu incluyendo la Estatua.
«Es importante que se entienda que si esas obras se pierden no se puede reproducir y van a desaparecer.», dijo Mayta y agregó: «El estado debe gestionar la forma correcta de mantener, restaurar y reubicar de forma segura todos los elementos de nuestra cultura y encontrar los fondos para poder hacerlo de manera segura. No cualquier puede realizar esos trabajos.
Más de 10 años de olvido
En julio del 2012 en este mismo sitio denunciábamos que la obra «El Vallisto» de Calixto Mamaní, estaba arrumbada en el canchón municipal sufriendo graves deterioros.
Diez años después todo sigue igual. La escultura realizada por el reconocido artista cafayateño sigue en un oscuro y triste olvido.
Hace unos meses un accidente dentro del canchón municipal produjo derrame de una gran cantidad de combustible a escasos metros de esta obra poniendola en un gran riesgo de deterioro y hasta destrucción.
La obra bautizada por Calíxto Mamaní como «El Vallisto» y apodado por el pueblo como «El Gaucho», fue colocada, luego de terminada, en la entrada norte de Cafayate oficiando de anfitrión inmortal de nuestra ciudad, convirtiéndose en símbolo emblemático de nuestra ciudad, lo mismo que La Alameda.
La escultura fue concebida entre los años 1962 y 1963 por Calíxto Mamaní, quien recibió una donación en aquel entonces de $ 15.000 de la denominada Moneda Nacional, por parte del Señor Julio Michel Torino para solventar los gastos que demandó la obra y la construcción del monumento.
Calíxto Mamaní es uno de los más altos exponentes de las artes plásticas de nuestra ciudad y del Valle Calchaquí, una personalidad artística que supo trasladar a sus obras, su amor por esta tierra, a la que conoció palmo a palmo y a la que entregaba verdaderas ofrendas en cada pintura, escultura o alguna de las tantas técnicas que abordó durante su vida.
Su obra ha permitido retratar el paso del tiempo en Cafayate y muchas de ellas cobran valor de documentos históricos por el registro de acontecimientos, personajes o de la arquitectura misma de nuestra ciudad.
Su inquietud artística lo llevó en un momento de su vida a homenajear al hombre de nuestra tierra, lo que plasmó en la obra «El Vallisto».

Fotografía de 2014 de la escultura El Vallisto o El Gaucho en el olvido oficial se deteriora cada vez más.
La escultura bautizada popularmente como “El Gaucho” muestra a un hombre de barba, con poncho sobre el hombro, un sombrero en su mano izquierda y ojotas en sus pies. Su brazo derecho permanece extendido a modo de señal de bienvenida y dando paso o entrada a nuestra vallista ciudad de Cafayate.
Hoy, fruto de la desaprensión y el olvido, la obra arrumbada en el canchón municipal, muestra el extremo del brazo derecho con un deterioro: la mano extendida, claramente fraterna, de «El Vallisto», está cortada.
Desde hace un largo tiempo y fruto del proyecto de construir una rotonda en la intersección de las Rutas Nacionales 40 y 68, la obra de Calíxto Mamaní fue llevada al canchón municipal donde permanece arrumbada entre vehículos en desuso y expuesta al natural deterioro que puede sufrir fruto del movimiento mismo del lugar. Peor aún es el olvido y desconsideración de las autoridades responsables para con los valores artísticos y culturales locales.
Arrumbar una obra de una de las máximas figuras artísticas de Cafayate no deja de ser un intento de arrumbar también su memoria y esto no debe permitirse.
Nadie sabe qué destino tendrá una de las más importantes obras del emblemático artista cafayateño. Tampoco nadie sabe porque con el valor histórico y artístico de la obra y la impronta del homenaje al hombre vallisto, no se proyectó que la obra permanezca en la rotonda de entrada a nuestra ciudad y que “El Gaucho” siga oficiando de anfitrión y emblema del las personas que habitaron, habitan y habitarán este pedazo del Valle Calchaquí.