La obra fue inaugurada en la Plaza de San Carlos y rinde homenaje a «Lobito» el perro que regresó solo desde Salta después de la fiesta del Milagro en el año 2004.
Lobito” para algunos y “Flaco” para otros es el ovejero alemán que en el año 2004 regresó solo a San Carlos después de haber perdido a los peregrinos del Valle Calchaquí en Salta.
El acto de inauguración del monolito se realizó este martes en horas de la tarde, contando con la presencia de autoridades municipales, peregrinos.
Como no podía ser de otra manera, Lobito estuvo junto a sus dueños, la familia López, y vecinos que se acercaron para participar del acto.
Después del descubrimiento y bendición del monolito, Silvio Burgos recitó el verso «El perrito peregrino» y «Lobito y su monolito», creado para la ocasión y finalmente don Luis Carral relató la odisea de Lobito en su peregrinación de ida a Salta acompañando a los peregrinos y la vuelta que realizó solo, caminando, después de perderse en la ciudad capital.
La Historia
El Perro Peregrino llegó a la ciudad de Salta el 13 de septiembre de 2004 junto a un grupo de peregrinos que habían partido desde San Carlos para participar de la Fiesta del Milagro de ese año. El perro los había seguido y había compartido con ellos el frío y el cansancio por la extensa caminata.
Llegado el día de la procesión del Señor y la Virgen de El Milagro los promesantes sancarleños encerraron al perro en una vivienda hasta regresar de la celebración religiosa, pero cuando volvieron a buscarlo para regresar al pueblo se encontraron con que alguien había abierto la puerta y “Flaco” o “Lobito” se había escapado.
En esa oportunidad los peregrinos hablaron con distintos medios de comunicación de la ciudad de Salta para dar aviso y tratar de ubicarlo, pero debieron regresar a San Carlos sin poder dar con él.
Grande fue la sorpresa cuando el día 17 de septiembre de 2004, el perro peregrino apareció en San Carlos solo, con evidentes signos de agotamiento y con un débil estado al haber caminado de regreso a su pueblo.
Los sancarleños no salían de su asombro al verlo y relataron en aquel momento que “La cinta roja de su cuello ya no tiene el mismo color, ni sus patas la firmeza de siempre, no mueve la cola, está muy flaco y ni siquiera puede pararse”.
“Flaco”, “Lobito” o “El Perro Peregrino” fue atendido por un veterinario de Cafayate en aquel momento y pudo recuperarse.
Hermosa plaza donde esta el recordatorio a Lobo,y no olvidare las empanadas que allí vendían.
conmovedora historia conoci el monumento a lobo cuando fuimos con mi flia a san carlos grande lobo!!!!!!